CAMINANDO ENTRE HISTORIAS: DANIEL NIETO
La historia del Colegio es la historia de todas las personas que lo han formado. Algunos han pasado más de la mitad de su vida en este proyecto, y esta sección pretende conseguir conocerlos de una manera más cercana. Nos proponemos pasear con ellos durante un par de horas por el colegio para que nos cuenten todo lo que han vivido a lo largo de este tiempo con respecto al Colegio y con respecto a sí mismos.
Hay alumnos en los que el espíritu de solidaridad y ayuda en
el que se basa el Colegio Amorós hace mella de forma especial. Son muchos, cada
año, los ejemplos que se encuentran de ello entre todos nuestros exalumnos.
Hemos querido hoy compartir un paseo con Daniel Nieto, uno de ellos.
Daniel es miembro de la junta directiva de la Fundación La
Semilla. Es en esta donde se puede ver un espíritu de solidaridad que permite
ayudar a los más necesitados cuando lo necesitan. En ella se llevan a cabo
representaciones de distintas obras de teatro de manera altruista para que las
distintas organizaciones solidarias con las que colaboran puedan recaudar
fondos. Por ello, Daniel insiste en que “más que una compañía, somos una
Fundación”.
“El mecanismo es sencillo. Nos traen un guion y, si nos gusta, lo trabajamos y lo hacemos”, cuenta un Daniel al que, gracias a la Fundación, ha redescubierto el teatro. “Desde que llevo aquí”, cuenta. Además, afirma que él no es muy de ponerse delante de los focos. “Solo en algunas obras me toca”, explica.
Daniel cuenta que han actuado en muchos sitios. “Centros
culturales, distintas salas…” cita para luego aclarar: “pero el que más ilusión
me ha hecho, con diferencia ha sido volver a actuar aquí, en el Amorós”. En
efecto, la Fundación La Semilla actuó en el Colegio Amorós consiguiendo juntar
a más de 60 personas, con el consecuente beneficio para el Proyecto Ayuda.
José Javier Suárez, Director del Colegio Amorós, agradece a la compañía su participación
y su divertida actuación en el mes del compromiso.
|
A lo largo del paseo coincidimos con el recreo de Primaria,
y nos encontramos algunos profesores con los que comenta dicha representación.
Con quienes nos encontramos precisamente valoran, sobre todo, el espíritu
solidario que envuelve a toda la Fundación. Precisamente Daniel cuenta que son
como una familia (los “semilleros”, como ellos mismos se llaman), y que él
entró en ella cuando una amiga lo invitó para que lo probara.
Daniel recuerda con cariño algunos proyectos del Proyecto Ayuda. “Especialmente algunos de los que me pillaron en Primaria, como el de Togo”. No es baladí. El Proyecto Ayuda lleva más de 40 años realizando proyectos de solidaridad, 15 de los cuales coincidieron con el tiempo que Daniel pasó en nuestro colegio.
Recuerda con firmeza el nombre de varias profesoras del
colegio que aún hoy siguen. “Las que más me marcaron”, explica mientras se
busca en las orlas de Primaria que hoy están en el pasillo que une los dos
pabellones de Primaria.
Con él comentamos el cambio en la educación desde su época como escolar hasta ahora: “Si llego a haber tenido yo esto…”, cuenta al observar la cantidad de recursos que se pueden emplear para la educación.
Con él comentamos el cambio en la educación desde su época como escolar hasta ahora: “Si llego a haber tenido yo esto…”, cuenta al observar la cantidad de recursos que se pueden emplear para la educación.
Como ingeniero químico que es, Daniel es capaz de reconocer
los diversos instrumentos que hoy se exponen en la exposición "El rincón de la memoria" en el atrio de la capilla de Secundaria, a la vez que comentamos lo coloridas que lucen hoy las paredes del
Palacete, hoy adornados con diversos proyectos de asignaturas como Sociales, Matemáticas, Física y Química o Inglés.
Daniel explica que al principio había varias empresas
con las que solían colaborar, pero que ahora es más difícil. Sin embargo,
ahora muchas veces tienen que apoyarse en distintos ayuntamientos o entidades
para poder llevar a cabo sus representaciones (que son “sin ánimo de lucro”,
como siempre nos recuerda). Precisamente ello dota de valor a todo el esfuerzo
y el empeño que le ponen, toda vez que la solidaridad es el valor en el que se
basa la compañía y con el que tanto nos identificamos.
Las semillas que se plantaron en la vida escolar de Daniel, años después, han germinado como una fundación, en la que los valores aprendidos están muy presentes y al servicio de los necesitados. ¡Bonita iniciativa!
Marcos Payo,
antiguo alumno del Colegio Amorós