CAMINANDO ENTRE HISTORIAS: AMPARO CUARTERO

La historia del Colegio es la historia de todas las personas que lo han formado. Algunos han pasado más de la mitad de su vida en este proyecto, y esta sección pretende conseguir conocerlos de una manera más cercana. Nos proponemos pasear con ellos durante un par de horas por el colegio para que nos cuenten todo lo que han vivido a lo largo de este tiempo con respecto al Colegio y con respecto a sí mismos.

En los paseos que hemos ido dando por el colegio en esta sección hemos podido conocer distintos aspectos de la historia de nuestro centro desde multitud de perspectivas. Son las personas, sin duda, las que forman el Colegio Amorós —desde sus alumnos hasta los profesores, pasando por las familias, personal de administración y servicios e incluso sus directores—, pero en nuestras caminatas tal vez hayamos dejado de lado un elemento clave en la configuración del Colegio como el centro que hoy conocemos: su nombre. Para examinar la historia de la familia Amorós y sus vínculos con el Colegio, Amparo Cuartero, presidenta de la Fundación Amorós Fernández, ha acudido al Colegio. Con ella, acompañados por nuestro historiador de referencia, José Manuel Godino, caminamos hoy. 

Amparo Cuartero (Madrid, 1952) preside la Fundación con la que compartimos nombre desde hace más de 8 años. Como miembro de la familia Amorós Fernández —en cuyo segundo apellido insiste, y valora que aparezca en los distintos carteles en los que se muestra—, Amparo ha continuado una labor de ayuda social que en su familia se remonta a generaciones atrás, uniendo una profesión tan exigente como la restauración de obras de arte con la solidaridad que lleva décadas su familia ofreciendo.

Esta capacidad para ayudar al necesitado, con la que tanto nos identificamos, ha estado en el espíritu de la familia Amorós durante generaciones.  Son dos los pueblos donde la familia más tiempo y recursos empleó («Las Mesas y Villena», nos recuerda Amparo). En ambos, distintas calles o colegios tienen por nombre el de algún miembro de la familia. El fallecimiento de María del Pilar Fernández, madre de los dos hermanos que dan nombre a nuestro colegio,  y la aplicación de su última voluntad supusieron la creación de la Fundación el 27 de junio de 1972, que tendría la misión de ayudar a la infancia y a la juventud.


Hoy en día la Fundación Amorós Fernández, además de apoyar a nuestro colegio, ayuda prestando asistencia sanitaria a veinte niños y jóvenes en muy complicadas situaciones médicas. «Tras el diagnóstico, vienen con nosotros», explica una Amparo que valora el crecimiento de esta entidad tras 45 años y cuatro —incluyéndola a ella— presidentes. Antes de ella la Fundación había sido presidida por don José Luis Fernández Fontecha, don Alfredo Cuartero Fernández y don Jacinto Fernández. «Es difícil pero reconfortante», explica una Amparo que espera que su hijo la acabe sucediendo. «Ya colabora activamente con la institución, pero lo compagina con el trabajo», nos cuenta.

Con Amparo recorremos el Palacete, mientras José Manuel Godino le cuenta que hay dos salas nombradas en honor a los dos hermanos Amorós Fernández. Son las salas Salvador y José Luis, que, con su nombre, nos permiten recordar a estos dos jóvenes fallecidos tempranamente. El primero, Salvador, murió en un accidente de tráfico volviendo de una finca de sus padres. El segundo falleció a causa de una enfermedad de riñón que ni siquiera los más avanzados tratamientos de la época, que se encontraban en Nueva York, pudieron evitar. 


Es precisamente el rostro de los hermanos Amorós el que está presente en el bajo relieve que se sitúa en el entorno del hoy pabellón de infantil, cuyo germen se encuentra precisamente en una donación de la familia Amorós a los Colegios Marianistas.

Amparo valora el hecho de que, en su día, la tempranísima primera versión de lo que es hoy nuestro colegio, ya dispusiera de teatro. José Manuel Godino lo comparte: «Al tirar unos tabiques se encontraron restos», explica señalando dónde estuvo este teatro, dentro del citado pabellón primigenio. La evolución histórica del colegio ha servido para demostrar que los ideales en los que se sustentaba aquel colegio no hicieron sino continuar, logrando potenciarse con el transcurso de los años.

Marcos, Amparo y José Manuel posan delante de la exposición "El rincón de la memoria" que conmemora los 75 años de Amorós

Con Amparo hablamos de la evolución de la educación delante de la pequeña exposición que cuenta con paneles de fotografías, un bonito poema —escrito por José Manuel Godino materiales y utensilios antiguos del Colegio.

Amparo valora que el colegio tenga una enorme cantidad de instalaciones y espacios verdes donde los niños puedan disfrutar, y que educar no se limite «a enseñar y ya». 

Amparo y Marcos en animada charla en el pabellón de Primaria
Con ella acudimos al polideportivo, que ella no había tenido la oportunidad de ver por dentro, a la vez que le contamos que el campo de fútbol que hoy se encuentra junto a él fue inaugurado por Vicente del Bosque. «Yo no soy muy futbolera», dice entre risas, revelándonos que, de joven, acompañaba a su padre al campo de fútbol, entreteniéndose en amenas charlas, sin prestar demasiada atención de lo que en el terreno de juego acontecía.

La presidenta de la Fundación vive el arte como si fuera su vida, es su gran pasión. Esta restauradora nos cuenta que tiene multitud de obras de arte, aunque por otro lado tenga «el mismo coche desde hace veinte años». Nadie mejor que ella para admirar la cúpula de Santa María Madre de la Iglesia, obra del famoso arquitecto Luis Moya (quien fue también el encargado de diseñar la ampliación del pabellón de Secundaria y Bachillerato y la construcción de los pabellones de Infantil y Primaria).

Con ella y con José Manuel Godino (que se autodenomina a sí mismo el «abuelo cebolleta del Colegio») comentamos la línea del tiempo que está en el lateral del campo de fútbol de tierra, que recoge diferentes hitos de la historia del colegio. En distintas imágenes Amparo es capaz de reconocer a figuras de la historia del Colegio. Rodear el campo de tierra nos sirve para que José Manuel Godino nos cuente varias anécdotas sobre el riego originario de la finca, que nos guardamos para contar en otra ocasión.

Nuestro agradable paseo acaba en el Palacete, delante de tres imágenes de miembros de la familia (María del Pilar Fernández, y sus hijos Salvador y José Luis Amorós), que la misma Amparo había donado años atrás. Nos cuenta que la imagen de Salvador es del mismo día de su fatal accidente, lo cual nos permite ponerlo en más valor si cabe. 


La Fundación Amorós hoy en día mantiene vivo el espíritu de solidaridad que la familia Amorós Fernández siempre tuvo. Con esa misma idea, en el Colegio apoyamos al Proyecto Ayuda, basado en el compañerismo, la formación en valores y el apoyo al necesitado. Nuestros caminos están unidos, por tanto, no solo por nuestro nombre común, sino por una misión común basada en intentar siempre mejorar la vida del desfavorecido. Imposible tener mejor compañero de viaje.
Marcos Payo.
Antiguo alumno del Colegio Amorós


Agradecimiento especial a la Fundación Hermanos Amorós Fernández, y en especial a su presidenta, por hacer posible esta entrevista y por habernos dedicado parte de su tiempo.


Adjuntamos dos documentos publicados en 1993 con motivo del Cincuentenario del Colegio, en la revista "Casi una historia". Por su especial relevancia creemos importante compartirlos para quienes los desconozcan.

Páginas 4 y 5 de la "hoja suelta número19" donde se narran las relaciones del Colegio con la Fundación


Retratos de Salvador y José Luis Amorós Fernández y presupuesto  para realizar el monumento de piedra.


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