EN LOS 75 AÑOS DE AMORÓS
75 AÑOS se concretan en una línea de puntos, extensa, con sus meses y sus días. La vida del colegio
Amorós está repleta de personas que han vivido esos años, de lazos que perduran con el tiempo, de hechos grabados en la memoria. El contar permite que las siguientes generaciones conozcan aquellas anécdotas y las sigan escribiendo con cariño. Para rellenar la línea de puntos voy a exponer mis vivencias explicando cómo fueron transcurriendo algunos años de esa historia, los que yo conozco.
Eran los años 60. Venía de Arenas de San Pedro (Avila) Entré
por la puerta enorme que todavía permanece en la calle Joaquín Turina. Pasé al
edificio por la puerta derecha. El comedor y la cocina me recibieron con su
olor. Subí las escaleras del fondo y divisé la planta principal, que era donde vivían los
marianistas mayores, también estaban las clases para los jóvenes marianistas. Tuve que
subir más arriba, donde me esperaban las pequeñas ventanas que aún hoy resisten. Al día
siguiente vi las “piscinas” de la Estrella y el Óvalo. La grande estaba
prohibida. Todavía recuerdo los paseos que D. Jesús Fernández Moral y otros marianistas
daban en invierno y verano pues, al fondo, estaban unos sencillos pabellones donde se alojaban los alumnos hasta los 14 años. Todavía están. Permanecí tres años, ocupando el
colegio que llamábamos de "Godoy”. Fueron tres años donde me llené del ambiente
carabanchelero, y me preparé para ser marianista-educador.
Volví por los años 70 desde Salamanca. Me encargué de los
“internos”. Eran jóvenes que pensaban ser marianistas y convivían con los del
barrio en las clases. Participaba también en la marcha del colegio, pues daba clases
en el Bachillerato. Fueron años fecundos. No puedo dejar en el tintero a D.
Rodrigo González, director y alma del colegio por aquellos años. Me vienen también a la
mente los alumnos que acababan a las 22h. las clases. ¡Qué horarios! Al cambiar los planes
de educación, teníamos gente de Bachillerato y del BUP, recién nacido. Todavía
recuerdo el magnífico viaje que hicimos a Ibiza con los alumnos mayores y tampoco puedo olvidar al gran D. Macrino, secretario del Colegio en aquellos años... ¡Son tantos los recuerdos que se me agolpan al escribir!
Comunidad marianista. Año 2000 |
Equipo de catequistas. Año 2000 |
Esta es parte de mi vida y mi pequeña aportación a la historia de Amorós. Han sido unos 15
años en total, 15 años que cuentan en mi vida, y mucho.
Quiero terminar lanzando dos deseos: que no se pierda nunca el espíritu marianista y, después de 75 años sembrando educación, que surja algún testigo
religioso de lo mucho que se ha sembrado en nuestro colegio.