YO NO FUI A AMORÓS, PERO ES PARTE DE MI VIDA

Yo nací en 1972 y hasta los 6 años no era obligatoria la escolarización. Vivía en la calle Redentor  y cuando llegó el momento de ir al colegio “las chicas” íbamos a Santo Ángel y “los chicos” iban a Amorós. Todos los días cruzaba por delante de Amorós para llegar al
Santo Ángel.

Al cabo de los años, cuando estábamos en 6º de EGB, ya empezábamos a fijarnos en “los guapos” que iban a Amorós. Desde la ventana de mi habitación me dedicaba a mirar con unos prismáticos desde las 8.45 a ver si veía “ al Churruca”, a Nacho, a Daniel Sordé… y luego presumir delante de mis compañeras de que les había visto porque en Santo Ángel entrábamos a las 10.00.

Terminé 7º y nos mudamos a Getafe, con lo cual no pude estudiar el BUP en Amorós como sí hicieron muchas de mis compañeras (por aquel entonces ya era mixto).

Cartilla de escolaridad de Francisco LLorente Pérez

Sin embargo, mis recuerdos de Amorós estaban en los álbumes de fotos en casa de mis padres desde antes de que yo naciera.

Mi padre, Francisco Llorente Pérez sí que estudió en Amorós, así como mi tío Pepe, mi tío Ernesto y mi tito José Miguel Claudio. En aquellos álbumes ya había fotos de mi padre con sus buenos amigos de toda la vida, que lo siguen siendo a pesar de su ausencia, delante de “la Kasita”.

Comunión de Ernesto Llorente Pérez y Ricardo Claudio

¿Qué decir de aquel “club del 208”? Ahí estaban antiguos alumnos de Amorós que luego han sido profesores, orientadores del cole, BUENOS AMIGOS…

Los siguientes recuerdos son del día de la boda de mis padres que celebraron la ceremonia en la capilla del edificio de ESO-BACH en 8 de mayo de 1970 y “el convite” fue en los recién inaugurados pabellones de Primaria. ¡Anda que no he oído veces que se liaron a hacer albóndigas para un regimiento la tarde de antes de la boda…!

Comunión de Francisco y José Luis LLorente y José Miguel Claudio.




Comunión de Paco y
 José Llorente
Yo seguí mis estudios en Getafe, pasó la época de la Universidad y recién terminada la carrera hice lo típico: ¡mandar mi CV por correo a 500 colegios concertados de Madrid y sus alrededores!

En Febrero de 1998 me llamó el director de un colegio para cubrir una suplencia de mes y medio. Era Victoriano Viñuelas y yo no le conocía de nada… Al preguntarle de qué colegio estábamos hablando y contestarme “del colegio AMORÓS, en Carabanchel Alto”, ¿lo conoces? “di  un respingo y solté de repente: “¡Mi padre fue antiguo alumno y yo nunca llegué a ir porque nos mudamos a Getafe!”. Pasé las entrevistas oportunas y me cogieron para esa suplencia. Cosas de la vida, que en realidad fue Dios que tiene escritos nuestros caminos, en Amorós conocí al que ahora es mi marido, Amor.

Entre todo este interludio, mis padres llevaban en las comunidades laicas marianistas de CEMI la mitad de su vida y tanto mis hermanos como yo íbamos de convivencias a “La Parra” y coincidíamos con otros chavales que iban a Santa María del Pilar y Nuestra Señora del Pilar. A esa tierna edad no sabíamos nada de la “la red de colegios Marianistas” pero ahí estábamos, haciendo Familia Marianista.

Como mis padres siempre han sido de los que han trabajado por el Reino aquí en la tierra, nuestras vacaciones de verano las pasábamos en los campamentos que montaban en la Parroquia de Santa María Reina de Vallecas, de la cual estaba al cargo José Antonio Romeo, un marianista de referencia para las comunidades de CEMI y que hacía una gran labor para evitar que la época dura de la droga en los 80 azotara a familias obreras en el barrio de Vallecas en la zona de Portazgo, ¡¡¡con el campo de Rayo enfrente!!!

En los años de universidad yo me reunía con una de las comunidades y al cabo de los años José Antonio Romeo fue quien celebró nuestro matrimonio. ¡Cómo se entrelaza todo para encajar nuestro destino! Recuerdo que después de esa suplencia en el año 1998 pregunté que cuánto quedaba para que se jubilara alguien y fue pelín desmoralizante saber que quedaban 10 años para eso…

Pues los 10 años pasaron y después de varias entrevistas y “a pesar de ser mujer de quien era” no “gracias a”, aquí entré y aquí sigo. 

Yo siempre he sido de “Carabanchel Alto, el mejor barrio del mundo mundial” (como dice Manolito Gafotas) y he llevado a gala ser “del barrio” porque en la época en la que nací, el barrio era muy importante para tener claras tus raíces, para ser parte del grupo de amigos y sentirte a gusto jugando en la calle.

Cuando empecé a trabajar en Amorós yo tenía clarísimo que hay que dar un impulso a los chavales de Carabanchel para poder tener las mismas oportunidades ya que de toda la vida hemos sido hijos de gente obrera, trabajadores para que nada nos faltase pero sin caprichos innecesarios y “currándonos” lo que hemos llegado  a ser porque había un sueldo para 4 ó 5 hijos y se compartía todo.

Hoy las cosas han cambiado mucho pero tengo claro que sigo trabajando para que nuestros alumnos sepan valorar el esfuerzo y la satisfacción de ver los logros que uno consigue a través del trabajo bien hecho, que nos cueste conseguir lo que queremos porque luego es lo que realmente valoras en la vida…

Bizcochada. Celebración fiesta Chaminade 2019
Doy gracias a Dios por haber hecho todo lo posible para que esté aquí, en Amorós” y que todas las piezas del puzle de la vida hayan encajado y que el tapiz; a día de hoy, sea un “Amorós que siempre vi desde fuera pero que he llevado dentro desde incluso antes de nacer”.

Ahora están aquí mis hijos, los hijos de mis primas, hijos de amigas desde pequeñas… un cole de barrio que crea lazos de amistad verdadera y que educa en el espíritu de la solidaridad.

Después de todo ya sí que puedo cantar: ¡¡¡¡YO SOY DE AMORÓS, AMORÓS, AMORÓS!!!! y estar ORGULLOSA DE  SERLO.
Sara LLorente
Profesora de Secundaria-Bachillerato en el Colegio Amorós

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