UNO NO ES DE PIEDRA… 75 cuentan también desde mi rincón
No, uno no es de piedra… aunque pudiera parecerlo. En este
75 en que tantos cuentan , yo también quiero contar y contaros lo que veo y
siento desde mi pedestal, con el rosario y mi Biblia en las manos, con esa
mirada perdida en el futuro… en mi futuro que eres tú, Amorós, que lo sois
cuantos pasáis por delante y detrás de mí en el ajetreo de todos los días. A
veces me pregunto qué pinto yo, un anciano de hace casi 200 años en medio de un
bullir de niños y adolescentes… y como uno no es de piedra, comienzo a mirar y
pasar las cuentas de mi rosario…
…y veo misterios de gozo. Veo antiguos alumnos que, pasados
unos años, vuelven a saludar a sus viejos profesores o a matricular a sus
pequeños en el colegio del barrio… su colegio. Y mis recuerdos me llevan a los
juegos y la alegría de Mussidan, a mis años de estudiante con mis compañeros y
hermanos… más tarde llamé a ese cariño especial que vivíamos “espíritu de
familia”. Me alegra comprobar que alrededor de este patio, en Amorós, se vive y
se contagia… y como uno no es de piedra, se emociona y da gracias a Dios, a un
Dios que es Familia Trinitaria y quiso vivir en familia en Nazaret.
Sigo pasando las cuentas de mi rosario y contemplo también
misterios de dolor… aquél alumno que no supo o no quiso salir adelante, aquél o
aquella que sufrió bullying o la soledad de no tener amigos… aquella familia
que quedó rota por la muerte, una separación traumática, la crisis económica…
Yo también se lo que es sufrir una revolución que te condena a muerte en nombre
de la Libertad, conozco el amargo destierro… y el final aún más amargo de la
incomprensión y el desprecio de los tuyos. Me aferro a la cruz de mi rosario y
pienso en el Maestro, que miró cara a cara a la cruz y no dio marcha atrás. Me
alegro de que en Amorós no hagamos una burbuja protegida, sino que nos afecte
el dolor, el fracaso o la tristeza de los nuestros… y como uno no es de piedra,
se emociona e invoca a María, la mujer fuerte al pie de la Cruz, de todas las
cruces…
Ahora las cuentas de mi rosario me llevan a misterios
gloriosos… ¿Qué mayor gloria puede tener un educador que ver que sus chicos se
hacen hombres y mujeres responsables, cultos, tolerantes? Desde este pedestal
he contemplado la gloria del estudiante tímido que se atreve, del profesor que
lo intenta una y otra vez a pesar del cansancio, de entrevistas y tutorías
donde padres y profesores llegan a acuerdos… Momentos tímidos de gloria, como
cuando yo conseguí mi primer grupito de jóvenes en Burdeos allá por 1800. Lleno
de esperanza, los puse en manos de María Inmaculada, con la esperanza de que
fueran semilla de una nueva humanidad… esa misma esperanza que late en tantos y
tantas consumidos por la pasión de educar… y como uno no es de piedra, se
emociona y cree, una vez más, que “lo esencial es lo interior” y que tantos
momentos de gloria pasan desapercibidos, pero son reales, gracias a Dios…
Desgrano lento mi rosario y aparecen misterios de luz en
medio de las tinieblas. Desde este pedestal he visto nacer amistades y amores
que han perdurado en el tiempo y han dado fruto. Alguien ha descubierto su
vocación científica, de abogado o músico. Alguien ha encontrado sentido y cauce
para su creatividad. Alguien ha descubierto la belleza de las Matemáticas o la
Literatura o el esfuerzo del Deporte. Mi memoria se va a mis primeros
marianistas, novatos en tantas cosas, pero con ganas de llevar la doble luz de
la cultura y la fe a tanto niño y joven… Mi corazón se va, lleno de admiración
a aquellos jóvenes que en 1943 abrieron una escuelita gratuita en Carabanchel
Alto, suburbio de Madrid tan necesitado… luces que han ido creciendo y ahora
resplandecen en medio de la noche como los reflectores del nuevo campo de
hierba… y como uno no es de piedra, se emociona y da gracias a Jesús, Luz del
Mundo y fuego que enciende otros fuegos… Dios quiera que esta luz de Amorós
brille otros 75… Yo seguiré velando por todos ellos, profes, familias y
estudiantes, desde el humilde rincón del patio… y me seguiré emocionando,
porque uno no es de piedra…
Javier Nicolay SM,
marianista sacerdote y educador
en Carabanchel por la gracia de Dios











